La Eurocámara pide a España pasar página tras Copenhague y centrarse en su nueva estrategia.
El Pleno del Parlamento Europeo ha pedido a la Presidencia rotativa española de la UE que asuma y aprenda del fracaso de la cumbre del clima de Copenhague, pero que pase página lo antes posible y se centre en diseñar una nueva estrategia de cara a la cita de México de finales de año.
El Parlamento Europeo ha pedido a la Presidencia española de la UE centrarse en la estrategia de cara a la cita de México En un debate celebrado en Estrasburgo (noreste de Francia) con la ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, los eurodiputados se mostraron preocupados por los escasos avances logrados en Copenhague, pero aún más inquietos por la ausencia de "plan B" de la UE.
El socialista alemán Jo Leinen afirmó que, tras presenciar la reunión informal de ministros europeos de Medio Ambiente celebrada la semana pasada en Sevilla, pudo constatar que los Veintisiete "carecen de rumbo y orientación" y "no se ponen de acuerdo sobre qué hacer".
La liberal sueca Lena Ek coincidió con Leinen en que Europa necesita una agenda pos-Copenhague, así como tomar medidas y centrarse en cumplir para 2020 su conocido triple objetivo del "20-20-20": 20% de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), 20% de fuentes renovables y 20% de mejora en eficiencia energética.
La idea en la que más insistieron los eurodiputados fue la necesidad de que la UE hable con una sola voz. Espinosa apoyó este planteamiento y se mostró convencida de que si los europeos unen fuerzas lograrán muchos más beneficios.
La ministra, que se mostró relativamente positiva sobre el resultado de Copenhague, se comprometió en nombre de la Presidencia española a trabajar con ahínco por un futuro más sostenible y a colaborar estrechamente con la Eurocámara.
Estimó que la UE debe "construir sobre los resultados de la cumbre", sin perder de vista que es necesario "fortalecer los elementos" del acuerdo para poder llegar a un texto jurídicamente vinculante en México.
En este contexto, Espinosa recalcó que la UE debe mantener sus compromisos de reducción de emisiones si no quiere perder credibilidad.
El Grupo de Los Verdes hizo hincapié en la importancia de que el ofrecimiento mínimo de recorte de CO2 de Europa para 2020 sea un 30% con respecto a los niveles de 1990, ya que de lo contrario será imposible evitar que el aumento de la temperatura del planeta exceda los dos grados centígrados.
Otra de las cuestiones que abordaron los eurodiputados en el debate fue la idea de introducir un nuevo gravamen a las importaciones de países que no limiten sus emisiones de CO2 para proteger a la industria europea.
La liberal francesa Corinne Lepage, y Rachida Dati, del Partido Popular, estuvieron de acuerdo acerca de la necesidad de tomar medidas para evitar el perjuicio de las empresas europeas, aunque otros pidieron esperar para decidir al menos hasta el día 31, cuando los países han de transmitir sus propuestas de recorte de CO2 a la ONU.
En nombre de la Comisión Europea, el comisario Olli Rehn reconoció por su parte que "un acuerdo es mejor que no haber logrado ningún acuerdo", pero no dudó en señalar las debilidades del documento final de Copenhague.
"El acuerdo no es jurídicamente vinculante y, lo que es aún más inquietante, no prevé que haya un acuerdo jurídicamente vinculante a finales de año", comentó.
Lo más llamativo del debate de hoy fueron las numerosas intervenciones de eurodiputados que cuestionaron la validez de los datos científicos, la verdadera existencia del cambio climático y su conexión con la acción humana.
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